Capaz que no le sirve de mucho, porque hoy puede perder el liderazgo. Depende. Danubio -y, en parte, Bella Vista- tiene la palabra; pero la verdad es que ayer Nacional no quiso perder. Se rebeló. Y no perdió, nomás, un partido, que pudo haber perdido, al cabo de un trámite en cuyo 80% se vio superado notoriamente por su adversario.
Tal vez la única "ayuda" externa que recibió el equipo tricolor fue un gol que "se comió" Molina -y evitó Burián- cuando Cerro ganaba 3-2, en una incidencia que pudo haber cambiado el resultado; pero, aparte de eso, a Nacional todo se le hizo cuesta arriba. A saber:
1) Puso tres volantes de contención, como Brum, Arismendi y O. J. Morales, pero "no la cazó" (la pelota) "ni con un calderín", por lo menos -y quizá algo más, también- en los 45` iniciales.
2) Cuando ganaba 2-1, a poco de comenzar la segunda parte, Silvera no cobró un penal de Pallante a Blanco, lo que también pudo haber hecho que el partido tuviera otro desenlace, pero a favor del cuadro grande.
3) Fue dudoso el penal de Burián a Andrés Rodríguez, tras el cual Cerro se puso 3-2 en ventaja.
4) Cuando Nacional "remaba" alocadamente en pos del último empate, Pallante -que ya tenía amarilla- le hizo un foul "feo" a Ligüera, pero no fue observado y, por lo tanto expulsado, en un pasaje en el que el elenco tricolor ya insinuaba la posibilidad de llevarse a su rival por delante.
De manera que, al fin y al cabo, el cuadro dirigido por Pelusso "levantó todas esas cartas" con un empate agónico, casi dramático, que obtuvo tras un partido emotivo, cambiante en el score y sobre el final también en el trámite, y que por todas esas razones, como también las apuntadas antes, para Nacional fue importante.
No se puede obviar, lo de Cerro: con buen trato y circulación de pelota, una actitud protagónica, y girando sobre el ir y venir de Sebastián Suárez, la llegada de Dadomo por el flanco izquierdo del mediocampo y el ataque, y algunas maniobras de Molina y Rodríguez en el área contraria, "copó" la cancha en las 3/4 partes del trámite y pudo haber ganado; y si no lo hizo fue porque atrás "no aguantó la risa", no sólo al final, cuando Pelusso se jugó "hasta los calzoncillos" con un 3-3-1-3 en el que Lodeiro se ubicó en la línea de Brum y O.J. Morales, "Matute" quedó de enganche, y Blanco, Medina y el "Morro" jugaron en función atacante, sino tampoco en el primer tiempo, cuando Nacional se puso 1-0, pese a que "no la agarraba" ni equivocado. Además, tampoco se puede obviar la rebelión -futbolística, física y anímica- con la que Nacional superó muchas "contras" y logró un empate, hasta ayer muy importante.
Tal vez la única "ayuda" externa que recibió el equipo tricolor fue un gol que "se comió" Molina -y evitó Burián- cuando Cerro ganaba 3-2, en una incidencia que pudo haber cambiado el resultado; pero, aparte de eso, a Nacional todo se le hizo cuesta arriba. A saber:
1) Puso tres volantes de contención, como Brum, Arismendi y O. J. Morales, pero "no la cazó" (la pelota) "ni con un calderín", por lo menos -y quizá algo más, también- en los 45` iniciales.
2) Cuando ganaba 2-1, a poco de comenzar la segunda parte, Silvera no cobró un penal de Pallante a Blanco, lo que también pudo haber hecho que el partido tuviera otro desenlace, pero a favor del cuadro grande.
3) Fue dudoso el penal de Burián a Andrés Rodríguez, tras el cual Cerro se puso 3-2 en ventaja.
4) Cuando Nacional "remaba" alocadamente en pos del último empate, Pallante -que ya tenía amarilla- le hizo un foul "feo" a Ligüera, pero no fue observado y, por lo tanto expulsado, en un pasaje en el que el elenco tricolor ya insinuaba la posibilidad de llevarse a su rival por delante.
De manera que, al fin y al cabo, el cuadro dirigido por Pelusso "levantó todas esas cartas" con un empate agónico, casi dramático, que obtuvo tras un partido emotivo, cambiante en el score y sobre el final también en el trámite, y que por todas esas razones, como también las apuntadas antes, para Nacional fue importante.
No se puede obviar, lo de Cerro: con buen trato y circulación de pelota, una actitud protagónica, y girando sobre el ir y venir de Sebastián Suárez, la llegada de Dadomo por el flanco izquierdo del mediocampo y el ataque, y algunas maniobras de Molina y Rodríguez en el área contraria, "copó" la cancha en las 3/4 partes del trámite y pudo haber ganado; y si no lo hizo fue porque atrás "no aguantó la risa", no sólo al final, cuando Pelusso se jugó "hasta los calzoncillos" con un 3-3-1-3 en el que Lodeiro se ubicó en la línea de Brum y O.J. Morales, "Matute" quedó de enganche, y Blanco, Medina y el "Morro" jugaron en función atacante, sino tampoco en el primer tiempo, cuando Nacional se puso 1-0, pese a que "no la agarraba" ni equivocado. Además, tampoco se puede obviar la rebelión -futbolística, física y anímica- con la que Nacional superó muchas "contras" y logró un empate, hasta ayer muy importante.
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