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lunes, 8 de diciembre de 2008

Del bolso desde la cuna



River Plate le dio una semana de licencia para disfrutar de los nuevos integrantes de su familia, los gemelos Franco y Facundo que vinieron al mundo el pasado 1° de diciembre. Sin embargo, y a pesar de que se despierta bien temprano para darle la mamadera de complemento a los bebés y esperar pacientemente que hagan "provechito" no se ha privado de ir a ver a Nacional, a Trouville y hasta al Olimpia de Minas. "Bueno, ¿pero quién se levanta a las siete para ir a entrenar y poder proporcionarles bienestar? Es como dice el dicho, zapatero a tus zapatos", se defendió el "Loco", mientras mostraba orgulloso a los más pequeños de la familia.
Franco pesó 2.790 kilos y Facundo 2.570. El padre estuvo presente en los dos partos anteriores, de Valentina y Diego, pero esta vez no pudo llegar a tiempo. "Estaba todo programado para una semana después. El domingo pasado me fui y a las dos de la mañana me llamaron ya que Paola había roto la bolsa. Era el peor horario porque de madrugada no hay vuelos. Me fueron contando todo por teléfono, que la internaron, que le pusieron la anestesia y a los 40 minutos me volvieron a llamar desde el quirófano para decirme que ya habían nacido. Al menos esperé la hora del vuelo tranquilo sabiendo que estaba todo bien", contó Abreu.
"Recién estamos en las primeras experiencias, pero los gemelos fueron una bendición única. Cada hijo es una bendición, pero el hecho de que hayan venido de esta forma tiene un significado especial. Y hay una parte que es jocosa, que da para la risa. Los primeros días tuvimos que agarrar una libreta porque no sabíamos si le cambiábamos los pañales y le dábamos de comer al mismo, porque son dos gotas de agua. El otro día la abuela se equivocó y puso a Franco en la cuna de Facundo. Pero a medida que van pasando los días les vamos encontrando algún detallecito diferente para poderlos identificar", relató Abreu quien trató más que nada de ocuparse de los dos mayores.
"Los he llevado al fútbol, al basquetbol y a algún asado. Al menos ayudo a la madre sacándole a los más grandes para que se encargue de los chicos", dijo el delantero mientras le explicaba a Diego, de cinco años, que esperara un poquito, que ya iba a ir a jugar al basquetbol con él.
"Por suerte ahora queda una semana y después tengo las vacaciones, entonces voy a estar 20 días más con toda la banda. Eso les va a venir bien a ellos, y además después nos vamos a Minas con los abuelos y toda la familia. Más que nada por el de cinco años, que es el que está medio perdido sin saber qué función va a cumplir ahora dentro de la familia. La nena ya tiene ocho y es la segunda madre que tenemos", dijo el delantero que ya tiene planeado cuando saldrán los gemelos a la cancha. Será en un partido muy especial para él, cuando Nacional y River Plate se enfrenten por la Copa Libertadores. En Montevideo los cuatro hijos del "Loco" saldrán con la camiseta tricolor, y en Buenos Aires, lo harán con la de River.
sin bastiones. A los 32 años, dijo encontrarse en el mejor momento, por experiencia y madurez. Sin embargo, le ha tocado vivir una realidad futbolística muy extraña. River Plate, está pasando el peor momento de su historia, pero él no puede ayudar, al menos dentro de la cancha. "No poder jugar es algo muy duro, primero porque me encanta jugar y después por la situación del equipo. Uno quiere colaborar y no sólo en la parte moral. Pero es algo que yo tenía claro cuando tomé la decisión de volver. Es cierto que quedamos anticipadamente eliminados de la Copa, pero estaba preparado para esto. En este momento tratamos de no terminar en la última posición para no quedar con ese récord, con esa marca negativa. Y en lo personal, lo que tengo que hacer ahora es prepararme de la mejor manera para cuando venga la pretemporada y comience la actividad, estar en la mejor condición posible", reflexionó.
"Al plantel se le fueron hombres, referentes, y quedaron varios muy buenos jugadores, pero muy jóvenes para asumir una responsabilidad importante. Y a veces se necesitan esas columnas, esos bastiones, que aunque futbolísticamente no respondan de la mejor manera, son un gran respaldo, una liberación para los demás", analizó a la hora de buscar una explicación a la desastrosa campaña de River.
CELESTE. A tres meses del próximo partido, ante Paraguay en el Centenario y con el equipo de Tabárez en el quinto puesto de la tabla de las Eliminatorias, el "Loco" está convencido que estarán en Sudáfrica. "No por un tema de moral, sino porque veo que hay una base, una idea, un funcionamiento, y nunca hemos sido superados futbolísticamente por ningún rival. Nos ganaron sí, pero nunca nos atropellaron, o nos hicieron cuatro o cinco goles. Siempre damos pelea y hemos ganado por goleada, pero nunca nos golearon. Y lo importante en el fútbol es estar cerca del resultado. No ser irregular y no lo hemos sido. Yo le veo un futuro muy alentador y espero que en marzo podamos dar el salto a los primeros lugares", afirmó.
Sin querer entrar en lo que le compete solamente a Tabárez, dio su impresión sobre la falta de enganche y los pedidos de citar a alguien que ocupe el lugar de Ignacio González. "Hay que adaptarse a lo que se tiene. No se trata de citar por citar, a lo loco, y terminar como en anteriores Eliminatorias con 80 jugadores citados. Si no tenés enganche tendrás que armar un esquema supliendo al enganche por otros jugadores en otras posiciones, que rindan y respondan. No se trata de citar a alguien sólo porque es enganche, hay que ver en qué momento está y si entra dentro de la ideología de lo que es la selección hoy en día, que por suerte ha cambiado mucho", finalizó.


Ayer, en Minas, volvió a ser el "Negro" Abreu
Ayer por la tarde Abreu se fue a su pueblo natal a ver la final del campeonato minuano entre su equipo, Olimpia, y Sportivo Minas. "Ahí dejo de lado todo el formalismo del futbolista profesional y me transformo en un hincha más atrás del arco. En el alambrado, con los tambores, le grito al árbitro y a los rivales. Ahí me saco el disfraz del "Loco" Abreu y paso a ser de nuevo el "Negro" Abreu, el mismo al que vieron nacer ahí", contó risueño.
También fue a ver a Nacional frente a Villa Española y Cerro, pero en esos partidos no se puede comportar de la misma forma. "Hay que cuidarse de muchos detalles. De repente gritás un gol y está la hinchada rival, y como hoy está todo el mundo muy loco, se malinterpreta todo. Hoy en día parece que se está esperando lo mínimo para insultar, en lugar de ver lo positivo. Entonces voy y me alegro con los goles, me disgusto con los del rival o con las derrotas, pero trato de mantener una cierta cordura. Alguna vez, en alguna final, el palco del estadio daba para la tribuna de la hinchada rival, entonces yo me iba al baño y gritaba el gol ahí escondido y después volvía como si nada. Hay que cuidar esos detalles para no tener que pasar un mal momento", contó.
"No quiero entrar en una historia de muchos detalles porque van a decir que le estoy dando para atrás al fútbol uruguayo. Y no quiero entrar en esa polémica, porque en definitiva cuando me junto con gente de fútbol de muchos años, hablamos y coincidimos totalmente. Tengo esa tranquilidad de saber que no estoy viendo las cosas al revés. Trato de evitar temas que no voy a cambiar, lo diga o no lo diga. Pero todo esto corrobora la decisión que tomé de no querer volver a jugar a Uruguay y muchas situaciones que han sucedido ratifican con creces que no estaba equivocado", afirmó.

En la íntima de los Abreu
Británico: Franco y Facundo Abreu nacieron en el Hospital Británico. Todo el sanatorio se convulsionó con la presencia del delantero celeste. Casi no podía disfrutar de sus hijos pues debía pasarse firmando autógrafos y sacándose fotos. Ni siquiera los hinchas de Peñarol se resistieron a su encanto.
El 13 presente: Como para quedar bien con su padre desde el principio, los gemelos vinieron al mundo exactamente 13 minutos después de las 4 del lunes 1° de diciembre.
Jardines: En la hermosa casona de Jardines de Carrasco, la cumbia sonaba fuerte en el fondo, donde el "Loco" se tomaba un cervecita junto a su tío Gustavo y su amigo Roberto, ambos llegados de Minas para conocer a los bebés.
Bolsos: Como no podía ser de otra manera, Franco y Facundo lucían batitas con el escudo tricolor bordado en el corazón.

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