No había banderas, gorros o camisetas a la venta. Tampoco largas colas ni aglomeraciones. Había sí, un extenso vallado perimetral que intentaba separar a los hinchas de Nacional y Peñarol que sacaban sus entradas a escasos cincuenta metros de distancia. En el medio, sólo dos policías a caballo. Nada más.
"En veinticinco años que llevo en esto no ví nada igual. Menos mal que no hay mucha gente y cuando vienen en barra, nosotros tratamos de ordenarlos, de informarles, de indicarles dónde tienen que sacar su entrada", dijo Gabriel Durán, encargado de los boleteros que expendían las localidades en las Tribunas Olímpica y Colombes del Estadio Centenario.
"Pusimos a once funcionarios para que colaboraran con la gente, para que no hubiese confusión ni problemas a la hora de sacar las entradas. Por ahora (las primeras horas de la tarde) no hubo un solo problema y todo marcha muy bien", señaló Durán mientras sostenía un `handy` en su mano derecha.
"Se vende bien, va aumentando a medida que pasan las horas. Yo creo que las tribunas populares se agotan entre hoy y mañana. La Amsterdam sale mucho más rápido que la Colombes. El domingo terminan las dos llenas", indicó Durán.
En la recorrida, nadie ofreció entradas baratas. Y sólo había un vendedor ambulante. "Yo vendo DVD de la hinchada. No hay jugadas, no hay goles, sólo gente, la hinchada cantando, bailando y saltando", explicó `Rafa`, integrante de la hinchada aurinegra. "Me gano la vida con esto. También los vendo el día del partido", agregó.
Las entradas de la Amsterdam salían como pan caliente mientras algunos desprevenidos elevaban tímidamente sus protestas: "no venden más que dos entradas por persona.. ¡y yo tengo que sacarle a cinco amigos míos que están laburando!", se quejaba Guillermo que ya había hecho varias llamadas desde su celular para comunicar la mala-nueva a sus compañeros de tribuna.
La venta en la Colombes era mucho más espaciada, más lenta. "Siempre pasa lo mismo pero se terminan vendiendo todas. No sé en qué va, pero generalmente se vende antes la Amsterdam. Después, el domingo, las dos aparecen repletas", señaló Aníbal Ríos, el jefe de boleteros, que estaba apostado en las ventanillas de la Colombes.
Sin clima clásico en el Centenario, los hinchas fueron sacando sus entradas sin problemas.
Con dos policías como custodias y varios funcionarios de Afrauf ordenando las filas que se formaban detrás de cada vallado, la jornada de ayer en el Centenario fue mucho más tranquila que de costumbre.
La venta continuará hoy, mañana y el domingo en las bollerías del estadio de 09.00 a 19.00 horas, en todos los Abitab y el día del partido, en el Centenario: de 09.00 a 12.00 horas en las localidades donde exista remanente de entradas.
Sin banderas, sin gorros y sin camisetas flameando pero con los colores latiendo en el corazón, los hinchas aparecieron frente a las boleterías con la misma ilusión de siempre.
Recibieron su entrada, la besaron y la guardaron como el tesoro más preciado. El domingo será venerada y conservada o será rota en mil pedazos.
A buen ritmo
La venta previa también se lleva a cabo en todos los locales Abitab. Y allí, al igual que en las boleterías del Estadio Centenario, las entradas se colocaron a buen ritmo. Habrá unas cuarenta mil personas en las tribunas.
Ya sin Amsterdam
La venta empezó lenta pero se fue incrementando a medida que pasaban las horas. Las entradas de la Amsterdam se fueron "como pan caliente", dijo a Ovación Gabriel Durán, encargado de Afrauf. "No hay más en los Abitab".
Una jornada muy tranquila
Las colas en las Tribunas Olímpica y Colombes no fueron muy largas. Ni siquiera hubo aglomeraciones frente a las ventanillas habilitadas para vender las localidades para el clásico del domingo. Los hinchas de Nacional y Peñarol cumplieron al pie del cañón y respaldaron a sus equipos.
Orden e información
Los integrantes de la Asociación de Funcionarios de Recaudación de la AUF se encargaron de ordenar e informar a los hinchas adónde tenían que sacar sus entradas. Una acertada medida, sin dudas.
Pocas Colombes
Las entradas en la Tribuna Colombes se van a terminar "hoy o mañana", aseveró Aníbal Ríos, jefe de boleteros, uno de los de mayor experiencia en este rubro. "El ritmo es más lento que el de la Amsterdam, pero se venden".
"En veinticinco años que llevo en esto no ví nada igual. Menos mal que no hay mucha gente y cuando vienen en barra, nosotros tratamos de ordenarlos, de informarles, de indicarles dónde tienen que sacar su entrada", dijo Gabriel Durán, encargado de los boleteros que expendían las localidades en las Tribunas Olímpica y Colombes del Estadio Centenario.
"Pusimos a once funcionarios para que colaboraran con la gente, para que no hubiese confusión ni problemas a la hora de sacar las entradas. Por ahora (las primeras horas de la tarde) no hubo un solo problema y todo marcha muy bien", señaló Durán mientras sostenía un `handy` en su mano derecha.
"Se vende bien, va aumentando a medida que pasan las horas. Yo creo que las tribunas populares se agotan entre hoy y mañana. La Amsterdam sale mucho más rápido que la Colombes. El domingo terminan las dos llenas", indicó Durán.
En la recorrida, nadie ofreció entradas baratas. Y sólo había un vendedor ambulante. "Yo vendo DVD de la hinchada. No hay jugadas, no hay goles, sólo gente, la hinchada cantando, bailando y saltando", explicó `Rafa`, integrante de la hinchada aurinegra. "Me gano la vida con esto. También los vendo el día del partido", agregó.
Las entradas de la Amsterdam salían como pan caliente mientras algunos desprevenidos elevaban tímidamente sus protestas: "no venden más que dos entradas por persona.. ¡y yo tengo que sacarle a cinco amigos míos que están laburando!", se quejaba Guillermo que ya había hecho varias llamadas desde su celular para comunicar la mala-nueva a sus compañeros de tribuna.
La venta en la Colombes era mucho más espaciada, más lenta. "Siempre pasa lo mismo pero se terminan vendiendo todas. No sé en qué va, pero generalmente se vende antes la Amsterdam. Después, el domingo, las dos aparecen repletas", señaló Aníbal Ríos, el jefe de boleteros, que estaba apostado en las ventanillas de la Colombes.
Sin clima clásico en el Centenario, los hinchas fueron sacando sus entradas sin problemas.
Con dos policías como custodias y varios funcionarios de Afrauf ordenando las filas que se formaban detrás de cada vallado, la jornada de ayer en el Centenario fue mucho más tranquila que de costumbre.
La venta continuará hoy, mañana y el domingo en las bollerías del estadio de 09.00 a 19.00 horas, en todos los Abitab y el día del partido, en el Centenario: de 09.00 a 12.00 horas en las localidades donde exista remanente de entradas.
Sin banderas, sin gorros y sin camisetas flameando pero con los colores latiendo en el corazón, los hinchas aparecieron frente a las boleterías con la misma ilusión de siempre.
Recibieron su entrada, la besaron y la guardaron como el tesoro más preciado. El domingo será venerada y conservada o será rota en mil pedazos.
A buen ritmo
La venta previa también se lleva a cabo en todos los locales Abitab. Y allí, al igual que en las boleterías del Estadio Centenario, las entradas se colocaron a buen ritmo. Habrá unas cuarenta mil personas en las tribunas.
Ya sin Amsterdam
La venta empezó lenta pero se fue incrementando a medida que pasaban las horas. Las entradas de la Amsterdam se fueron "como pan caliente", dijo a Ovación Gabriel Durán, encargado de Afrauf. "No hay más en los Abitab".
Una jornada muy tranquila
Las colas en las Tribunas Olímpica y Colombes no fueron muy largas. Ni siquiera hubo aglomeraciones frente a las ventanillas habilitadas para vender las localidades para el clásico del domingo. Los hinchas de Nacional y Peñarol cumplieron al pie del cañón y respaldaron a sus equipos.
Orden e información
Los integrantes de la Asociación de Funcionarios de Recaudación de la AUF se encargaron de ordenar e informar a los hinchas adónde tenían que sacar sus entradas. Una acertada medida, sin dudas.
Pocas Colombes
Las entradas en la Tribuna Colombes se van a terminar "hoy o mañana", aseveró Aníbal Ríos, jefe de boleteros, uno de los de mayor experiencia en este rubro. "El ritmo es más lento que el de la Amsterdam, pero se venden".
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